jueves, 27 de agosto de 2009

“Tristeza”

Es un sentimiento de tristeza pensar que has perdido a un amigo.
Pero más triste aun es preguntarte si alguna vez lo fue.
Los sentimientos se contradicen cuando los pensamientos se mezclan en un mar de dudas.
Humanamente uno es capaz de comprender muchas cosas, pero el dolor personal hace que no entiendas nada.

La amistad es entrega cuando es verdadera.
Siempre que hablamos de amistad, hablamos de más de una persona, porque si no sería una amistad imaginaria.
Igual que cuando somos niños y nos sentimos solos, deseamos tener un amigo que nos comprenda y nos lo inventamos.
Pero eso es elegir, lo otro es decepción.

Aunque no desees emitir juicios lo haces, pero eso también duele porque no conoces que es realmente lo justo.
Entonces aun te sientes más confundido.
Solo queda esperar y aceptar lo que venga de la otra persona.
Es mejor no complicarse la vida y martirizarse uno mismo, no sirve de nada, solo para pasar un mal rato.

Elegir a nuestros amigos es nuestro privilegio, la amistad no se puede forzar.
Por mucho que uno quiera, eso no es posible, es un esfuerzo y un malestar inútil.
Pero existe otra forma de ver la vida, el lado optimista de pensar que la otra persona se lo pierde.

Cada persona da lo que quiere dar, siempre hace más el que quiere que el que puede.
Lo que no debemos es dejar que nos influya tanto, que nos haga tanto daño el que otra persona no valore nuestra amistad.

Tal vez sea mejor ser un poco más generosos y pensar que tal vez esa persona no este preparada para recibir lo que le estamos ofreciendo, que no es su momento.
En vez de sentirnos mal, hagamos ese esfuerzo por querernos más y continuar adelante intentando ser felices.

Siempre hay tiempo para plantearnos una nueva oportunidad.

De un lado y del otro pueden cometerse equivocaciones, solo el cariño y la comprensión pueden solventarlas.
De todas formas siempre se aprende algo nuevo, las nuevas experiencias nos enriquecen.
Y de una decepción amistosa pueden salir cosas positivas, como valorar más a los verdaderos amigos.

martes, 25 de agosto de 2009

Incertidumbre

Te siento lejos y quisiera tenerte cerca.
Estas tan cerca porque estas dentro.
No sé ya que pensar, no quiero pensar, pero pienso.
No entiendo lo que siento, pero siento muy adentro.
No encuentro palabras ni explicación.
No quiero juicios que hacen daño.
No quiero excusas que me suenen falsas.
No me hacen falta promesas que no se cumplen.
Pero me duele tanto el silencio.

No quiero esperar, pero espero.
En el fondo sé que lo que espero no es realidad.
Porque en realidad no sé lo que espero.
Quiero creer en todo eso que sonó hermoso.
Me gusta pensar que es de verdad.
No quiero ser injusta, pero temo serlo.
Ahora no quiero dar más porque no entiendo nada.
Pero en el fondo quisiera dar mucho.
Llevo tanto dentro.....

El sabor del recuerdo deseo que permanezca dulce.
Quiero apartar de mi todo aquello que sabe amargo.
Guardar lo que me hizo feliz y eliminar todo lo cruel y triste.
Sé que necesito paz, por eso me hago cada día más fuerte.
No quiero dar nunca más a nadie el poder de hacerme daño.

Durante mucho tiempo sufrí inútilmente y puedo asegurar que eso no sirve para nada.
Solo para traer más dolor, hacerlo más intenso, robarte las fuerzas, malgastar energías y perder un valioso tiempo que jamás regresa.
Tarde nos damos cuenta de esas cosas, pero volvemos a caer en ese vacío repetidamente.
¡Cuánto nos cuesta aprender!

Tantas veces nos sentimos llenos por dentro y flotando en una nube.
Dejamos que esa nube se eleve muy alto.
Y de repente como el sobresalto al despertar bruscamente de un sueño parece que caemos y se nos encoge el estomago.

¡Son tantas las emociones constantes que envuelven al ser humano!
Que cuando no somos capaces de llevar el control y permitimos que nos controlen, perdemos irremediablemente estabilidad emocional.

No me gusta estar inestable.
Lucho día a día por mi equilibrio, pero el ser humano que encierro dentro me dice que no todo puede estar bajo control.
Yo lo asumo, lo acepto, pero a veces me da miedo.

Sé que todo no puede ser como yo creo o pienso.
Sé que todo el mundo no siente igual que yo.
Sé que cada uno tiene su propia perspectiva de la vida.
Pero a veces una se deja llevar por sus sentimientos y equivocadamente se engaña.

Me han dicho que soy una mujer difícil.
Puede ser, no lo niego.
Tal vez es que pienso demasiado, que analizo mucho las cosas.
Puede que profundice mucho en cosas que a veces no merecen la pena.
Pero... ¿Cómo puedo saber cuales valen la pena o no, sino profundizo en ellas?
De todas maneras esa soy yo.

Así siento, así vivo mi vida interior, muy rica aunque equivocada en ocasiones.
Me gusta comunicarme con los demás, pero después de hacerlo conmigo.
Tal vez a veces quiera respuestas que nadie tiene.
Pero no dejo de buscarlas, creo que yo soy una búsqueda constante.

No quiero dejar de buscar, ni de entender.
Quiero saber que es posible que no este tan equivocada.
Y si lo estoy, aprender de mis errores.
Pero lo que nunca quiero dejar de sentir es que continuo estando viva.

No quiero pasar inadvertida por la vida.
No quiero dejar que la vida me resbale por encima o que solo me salpique.
Lo que quiero es sentirla, vivirla.
Quiero que algo me vaya quedando dentro cada día.
Y prefiero sentir esa incertidumbre, a no sentir nada.

Dentro de mí quiero ir acumulando vivencias y sentimientos, que permanezcan ahí para siempre y me acompañen el resto que me queda por vivir.
Ojalá que ese resto sea muy largo.
Ojalá me dé tiempo de disfrutar de mi tiempo.

Me gustaría ser capaz de que cuando llegue la vejez pueda seguir acumulando más de lo mismo pero distinto.
Disfrutar de todo lo bello y dulce de lo vivido.
Que lo triste, lo cruel y lo amargo sea capaz de ir borrando el dolor de los recuerdos.
No olvidar que un día me hicieron daño, para no condenarme a repetir mi historia, pero si evitar que su recuerdo duela solo de pensarlo.

Tal vez le pida mucho a la vida, puede ser, no lo descarto.
Pero al final de cada pensamiento triste, de cada sentimiento que me duele, que me hace daño, pienso....
¿Sí no me quiero yo, quién me va a querer?
¿Sí no doy yo, quien me va dar?
¿Sí no busco yo, buscaran por mí? ¿Sabrán lo que busco?
¡Sinceramente creo que no!
A veces ni yo misma lo sé.
¿Quién sería capaz de adivinarme así?

Del que nunca pide, nunca se conocen sus necesidades.
Del que nunca busca, no se sabe si es capaz de valorar lo que se encuentra.
Del que no es capaz de quererse así mismo, quién es capaz de creer en su amor.

Amo, pido, busco, aprendo....... y no me importa estar equivocada.

Quiero tener tiempo para equivocarme y estar a tiempo para darme cuenta y no repetir los mismos errores.
Y si es posible que la vida sea aun un poco más generosa y me dé un poquito más de tiempo para enmendarlos.

No me da miedo vivir mientras me siga sintiendo viva.
No me da miedo descubrir que no me aman, mientras yo sea capaz de seguir amando.
No me da miedo estar sola, mientras yo siga estando conmigo, queriéndome, valorándome, ofreciéndome amistad y dándome oportunidades.
Creo dentro de esa incertidumbre que los demás serán el espejo de cómo yo me vea.