miércoles, 5 de agosto de 2009

“Ser Mujer”

Sentirme mujer es sentirme yo.
Orgullosa de mi condición, de mi sexo.

Nunca he deseado cambiarme, ser hombre.
No me planteo que ser mujer sea un problema, muy al contrario, lo considero un privilegio que me otorgó la naturaleza.

Creo sinceramente que si a alguien le molesta que sea una mujer no es mi problema, es el suyo.
Yo, primeramente me considero un ser humano, con mis derechos y responsabilidades, de ahí parto, después, soy mujer.

No entiendo a esas mujeres que se condicionan así mismas por el mero hecho de ser mujer.
Pienso que cada uno es el que se pone las limitaciones.

Cierto es, que aun vivimos en una sociedad estructurada por hombres, pero eso está cambiando día a día.
Ese cambio es producto del despertar de mujeres que no han permitido que les pongan limites, que han luchado duro para sobrepasarlos, para que esos limites cada día estén más lejos.

Creo que el luchar en contra de los hombres es una equivocación y un gasto de energía inútil, cuando esa energía se puede emplear en conseguir lo propuesto.
No se trata de demostrarles a ellos de lo que somos capaces de hacer, se trata de estar satisfechas con lo que hacemos.

No creo que debamos ir continuamente justificándonos por los espacios que vamos cogiendo, simplemente ocupar lo que creemos y demostramos que merecemos ocupar.
Cuando nos sentimos seguras, la realidad es obvia.

Es cierto que aun nos condiciona la educación recibida a unos y a otras, pero el cambiarlo esta en nuestras manos, más que en las de ellos.
Para ellos es una situación más cómoda lo conocido que lo que se desconoce.
No olvidemos que somos nosotras las que parimos a los hombres y a las mujeres, y que si desde lo más hondo de nuestro interior creemos en la igualdad de derechos, oportunidades y responsabilidades, sabremos sembrar esa semilla solidaria y humana, regándola con constante cuidado para que crezca sana y fuerte.

Es cierto que en muchos terrenos la mujer lucha duro por mantenerse y porque se la valore y respete.
No voy a negar lo innegable.
Una vez leí una frase que me encantó, decía así:
“La igualdad entre el hombre y la mujer llegará el día que una mujer incompetente pueda llegar tan lejos como un hombre incompetente”
(Un buen ejemplo sería "George Bush" ¿o no? jejejejee)

Es cierto. Hoy en día la mujer debe demostrar que vale para desempeñar ese puesto de trabajo mientras que al hombre se le da por hecho.
Muchas veces los salarios nos son igualitarios por desempeñar el mismo trabajo. Todo eso es cierto.
Pero también es cierto que eso lo permitimos muchas veces nosotras por no tener el valor de denunciarlo por miedo a perder nuevamente y nos envolvemos en el juego que decimos que no queremos jugar.

Una amiga mía dice que el poder esta ahí, solo hay que atreverse a cogerlo.
Durante siglos se le otorgó al hombre solo por su condición de sexo nada más nacer, el poder, el espacio y las decisiones, las suyas y las nuestras.

Eso nunca cambiará hasta que ese cambio se produzca sin miedos en nuestro interior, ese el primer gran paso a dar por nuestra parte. Los demás vendrán uno tras otro.

No olvidemos que hombres y mujeres nos necesitamos mutuamente.
Que nos amamos, nos adoramos y complementamos.
Maravillosa la diferencia que nos hace distintos.

Me encanta sentirme mujer y femenina y seducir a mi hombre.
Saber que estamos juntos porque así lo decidimos.
Sentirme a su lado segura porque su amor me reconforta no porque no sé cuidarme sola.
Mimarlo y cuidarlo porque me hace feliz.
Saber que a su lado es más dulce la vida.
Saber que cuando lo necesite va ha estar ahí sin la necesidad de llamarlo, porque yo estaré cuando me precise a su lado.
Me encanta saber que la puerta esta abierta y que ninguno de los dos se va porque preferimos estar juntos.

Yo sólo le pido respeto, que me acepte tal como soy y no intente cambiarme, porque entonces ya no sería yo, me perdería dentro de mí y él perdería conmigo porque tendría muy poco que darle.
Porque si no me quedo yo ¿qué puedo dar?

Creo que la marginación, la manipulación, el rechazo, la frustración, la impotencia, la falta de autoestima no es buena para el ser humano, y humanos somos todos.

Es inútil aislarnos, todos necesitamos de todos.
Por eso es mejor concentrar las energías en construir una sociedad que nos llene y cubra más las necesidades de todos en vez de pelearnos y enfrentarnos, eso siempre trae frustraciones.

No existe esa formula mágica que sirva para todos, pero todos tenemos sensibilidad para detectar las energías que nos rodean y ver como está el paño.
Otra cosa es que disimulemos y nos hagamos los tontos porque no nos interesa, eso sabemos hacerlo todos.

Creo que es una labor de hormiguita, que se construye poco a poco y en equipo, cogiendo y cediendo.

Quiero ser optimista respecto al futuro, tengo dos hijos, hombre y mujer y mis palabras para los dos siempre han sido las mismas:
“Tu serás lo que quieras ser.
Tu te pones tus limitaciones.
Piensa y decide.
Responsabilízate de tus decisiones y actos.
Has nacido libre, decide tu vida, yo solo deseo que seas feliz”