El día de la madre en el hospital
¿Existe
algún sentimiento peor que la impotencia? Para mi es el peor de todos. Si le
sumas el agotamiento físico, mental y moral se solidarizan y te llevan a la
desesperación y la duda.
A qué ya no
sepas si estás haciendo lo correcto o no. Y en todo este cóctel de sentimientos
y sensaciones negativas se hace dueño y señor el desaliento.
Así me
sentí esta mañana y terminé llorando como una niña desvalida y perdida que no
encuentra el camino a casa.
Nunca me he
sentido así como hoy. ¡Jamás!
Ha sido algo tan nuevo en mi interior que me
rompí sin poder evitarlo.
Ha habido
personas que me han dicho que yo soy muy dura, muy fuerte. Porque he pasado por
situaciones realmente duras, accidentes de mis hijos cuando eran pequeños y no
hay nada peor que eso para una madre. Pero mi respuesta siempre es la misma.
-.¿Me queda
de otra? Cuando ocurre, ocurre y no puedes hacer otra cosa que afrontarlo. No puedes
o no debes mejor dicho, evadirte de la realidad. Y mi forma de mantenerme
serena es controlarlo todo, si me dejan al margen es cuando se me ponen unos
nervios en el estomago que parece que no quepo dentro de mi cuerpo.
Tal vez por
eso dicen que soy fuerte, que soy dura. Pero es solo una coraza para
protegerme.
Mientras mi
mente esté funcionando y controlando la situación parece que solo sea cerebro.
Nadie me ve derrumbarme. Estoy al tanto de todo, no duermo aunque esté en la
cama a no ser que me rinda el agotamiento. Me despierto sobresaltada con la
alarma las 24h en marcha. Ahí estoy, al pie del cañón mientras haga falta.
Mientras mi
cerebro funcione sobrevivo.
Pero cuando
todo pasa…. Cuando las cosas mejoran entonces me viene de golpe todo el
agotamiento y es cuando yo hago ñiiiiummmmm plasssssss y me llega la
bajona. Pero claro ya la situación está
calmada, ya no preocupa y todos se quedaron con la imagen de la Ana fuerte.
Solo los míos, los que me conocen son conscientes de esto. Aun así a mi no me
gusta mostrar totalmente como estoy por dentro.
Ha sido un
mes de hospital menos dos días. Susto tras susto con mi madre. Y hoy ya son 9
días en casa.
El hospital
fue agotador porque estábamos con ella las 24h. Yo siempre por las mañanas para
poder hablar con el médico y me quedaba hasta las 4 o 5 de la tarde que llegaba
mi marido o mi hija a relevarme. Y por las noches mi hermano.
Salió tan
animada de hospital, en silla de ruedas pero feliz. Fue llegar a casa y
agotarse. Y de ahí en vez de ir a mejor fue todo lo contrario. En el hospital
caminaba, aquí a partir del segundo día ya no caminó.
Es como si
la fortaleza que tuvo en el hospital la perdiera al cruzar el umbral de su casa
y se relajara totalmente para mostrar su malestar y su agotamiento. (Me suena de algo, ahora que lo pienso ya sé a quién salí)
Tanto
cambio de medicación que tenía que tomar durante 5 días parece que la tenía
drogada y no tenía fuerzas. Durante todos estos días así lo entendí y esperé a
que terminaran esos días y se redujera la burrada de pastillas, 8 en el
desayuno y 4 en la cena, aparte de dos clases de insulina un aspirador en
polvo, 2 inyecciones en la barriga y un liquido para las llagas de la boca a
causa del oxigeno.....
Tuve
paciencia, guardias y muchísimos cuidados para que se mejorara. Trabajo
agotador el del cuidador de un anciano. No es lo mismo cambiar los pañales aun
adulto que aun bebe. ¡Ni de coña! Pero ya tengo practica, va una adaptándose a
los cambios.
En el
hospital van tres auxiliares a cambiarla, en una cama que sube a su altura, y
hay tres turnos durante el día.
En casa no
tenemos esa cama tan práctica y la auxiliar-enfermera es una sola las 24h. He
terminado fajándome porque ya no aguanto la cintura ni los riñones.
Los escrúpulos
los he aparcado. Mierda es mierda y no es nada agradable aunque sea tu madre.
Pero cuando existe la preocupación por mantenerla en vida te olvidas de la
mierda, del olor, te pones unos guantes y le gastas bromas para que no se
sienta mal por necesitar pañales y no se te pasa por la imaginación hacer una
cara ni un gesto de asco porque el amor te puede.
¡Así es la
vida!
Al reducir
la medicación se la notó más lúcida, más ella. Hay que tener en cuenta que mi
madre a sus 84 años leía todos los días antes de ir al hospital. Y en el
hospital empecé leyendo le yo “EBANO, Ashanti”· del autor canario Alberto
Vázquez Figueroa, y los últimos días
ella sola llegó a la mitad del libro.
Ayer por
primera vez conseguimos levantarla y sacarla de la cama y que caminara unos
pasitos.
Mi madre
está delgadita, se quedó de 53 en 51kg con tanta cama que ya son 6 semanas ha
perdido la poca masa muscular que tenía y no se aguanta la pobre. Todos estos
días le hemos hecho en casa ejercicios en la cama y masajes con aceite de aloe
para hidratar y tonificar sus piernas.
Durmió toda
la noche tranquila por el ejercicio y me costó despertarla para tomarle la
tensión y la glucemia, ponerle la insulina y darle el desayuno. Le cambié su
pañal para que desayunara limpita y todo el proceso hablando con ella, dándole conversación
para espabilarla y con las cortinas abiertas para que entrara la luz.
Todo el rato sin que ella me dirigiera la palabra. Solo me miraba. Su mirada estaba
vacía, muerta sin vida, sin expresión y me asusté.
Tomaba ya
mucha menos medicación y desde ayer comió por primera vez sola desde que salió
del hospital porque días atrás temblaba como una hoja. No controlaba y se
mordía así que le dábamos todo en puré. La suerte es que nunca ha perdido el
apetito y siempre se come todo. Por eso aguanta. Así que le di su desayuno para
que comiera sola a ver que hacía.
Le preparé
unas tostadas con queso freso de untar y una loncha de jamón y una taza de
leche. Puse las tostadas en un plato de plástico de camping que le gusta a ella
porque no le pesa y se lo di. Guardé la taza por si acaso.
La tenía
incorporada con almohadas para evitar que se atragantara. Le pregunté:
-. ¿Tienes
hambre mami?
Movió la
cabeza para responderme afirmativamente pero no dijo nada. Seguía con la mirada
perdida y mi mosqueo en aumento y me fui poniendo nerviosa.
Lo primero
que hizo fue acercarse el plato a la boca e ir a darle un mordisco y le dije:
-. ¿Qué
haces mamá?
-. Comer.
Me
respondió molesta.
-. ¿Y te
vas a comer el plato? ¿Los platos se comen mamá?
-. NO.
-.Entonces….
Balbucea:
-.¿Qué
quieres qué haga?
Cuesta
entenderla.
-. Pues que
te comas las tostadas no el plato mamá.
Cogí una
tostada y se la puse en la mano.
Comenzó a comérsela
cerrando los ojos.
-. Mamá
abre los ojos, no te duermas que estás comiendo.
Abría los
ojos y seguía comiendo.
-.Mamá abre
los ojos por favor, que no te duermas.
Y así
durante todo el desayuno, la misma batalla contra el sueño.
Terminó de
desayunar. En ese plan ni de coña conseguirá que se lavara los dientes. Le hice
hacer gárgaras con el agua.
-.Mamá
ahora te toca el aspirador, expulsa el aire y aspira. No, no, no soples,
aspira, hacia adentro. Así venga. Ahora te voy a pichar en la barriga ¿vale?
¿Me dejas que te piche? Contéstame ¿por qué no me hablas mamá?
Seguía con
los ojos abiertos y esa mirada perdida y vacía.
-. Mamá háblame
por favor dime algo.
-. No se,
no se…..
-. ¿Qué es
lo que no sabes?
-. Ay
déjame, no sé.
-. No, no
te dejo mamá. Cuando tu fuiste al hospital a ti en tu cabeza no te pasaba nada.
Despistes y alguna palabra que a veces te costaba encontrar pero nada más. Así
que no te dejo porque yo quiero saber cómo funciona tu cabeza ¿Vale?
Mi
inquietud, y preocupación iban en aumento. La tensión y el azúcar bien.
Respirando sin problemas. Sin estar agotada, por lo tanto corazón bien. ¿Qué
coño está pasando aquí? Y me iba poniendo cada vez más nerviosa.
Me senté a
su lado en una silla junto a su cama.
-. A ver
mamá, tienes que hablarme. En el hospital tu hablabas. Yo estaba contigo y
conversabas. A veces te quedabas dormida, pero cuando te despertabas me sonreías
y me decías:
-. Hola
cariño.
Hoy ni me has saludado. Ni los buenos días me has dado, ni un beso si quiera.
Tu a las enfermeras y a todos los que te cuidaban les debas los buenos días y la buenas horas caramba y las gracias por todo. Y a mí que soy tu hija y tanto te quiero y te cuido ¿no me vas a decir ni un hola?
Hoy ni me has saludado. Ni los buenos días me has dado, ni un beso si quiera.
Tu a las enfermeras y a todos los que te cuidaban les debas los buenos días y la buenas horas caramba y las gracias por todo. Y a mí que soy tu hija y tanto te quiero y te cuido ¿no me vas a decir ni un hola?
Seguía mirándome
y sin hablarme.
-. Mamí por
favor dime algo.
-.
Queeeee.- respondió impaciente, como enfadada y puso mala cara.
-.Cabreate
conmigo pero no te voy a dejar dormir. Llevas más de 12 horas durmiendo. No es
normal tanto sueño. Tienes menos medicación y tus constantes están bien. Ya dormirás
más tarde, mira.- le muestro el reloj.-
Solo llevamos aquí media hora, no puedes volver a dormirte.
Solo llevamos aquí media hora, no puedes volver a dormirte.
Cogí una
toalla, le moví la cabeza, se la puse de bajo y alrededor del cuello y cogí la
botella de agua y con cuidado empecé a mojarle la cabeza y a repartir el agua con
un suave masaje no sea que se me mareara.
Conseguí
espabilarla. Se me había vuelto a escurrir cama abajo buscando la pose para dormir
así que le dije:
-. A ver
mami. A la de tres como otras veces y para arriba. Una dos y tres.
Y me hace
la plancha y se me pone tiesa.
¡Ay mi cintura, que me dejé arriba la faja coño!
¡Ay mi cintura, que me dejé arriba la faja coño!
-. A ver
mamá. Sube las piernas, dobla las rodillas así. Primero una, luego la otra y a
la de tres. Pero esta vez si ¿vale?
-.Si.
-.
Estupendo, vamos arriba. ¡Ay no, del cuello no mamá! Espera por aquí, por mi
brazo como siempre. Una, dos y tres.
Ufff ahora
si, pero me tiene muerta.
-. Mamá.
Escúchame, ¿me escuchas?
Mueve la
cabeza y solo me mira de la misma forma.
-. Mamá
estás mucho mejor, más regulada en todo. No se por qué estás así. Tus pulmones están bien, los riñones bien, el corazón bien, comes bien, cagas bien, por lo que tu aparato
digestivo funciona bien ¿entonces? ¿tu entiendes cuando te hablo?
Otra vez
me mueve la cabeza.
-. Mamá
saliste del hospital de estar tan malita... Ahora estás bien. ¿Por qué no quieres
levantarte de la cama y ni si quiera hablarme? Va a venir tu nieto Willy desde
Perú solo para verte y para que conozcas
a su hija en persona. Tu biznieta. Solo en un mes ya lo tienes aquí. ¿Quieres
que te vea así en la cama? ¿Tampoco vas hablar con él? ¿Va a venir para eso?
¿Qué quieres que se lleve un disgusto tremendo y se eche a llorar?
-. No
-. Entonces
mamá, habla conmigo pues.
Silencio.
-. ¿No
quieres jugar con Attenya? ¿Aquí en la cama o en el parque?
-. Parque.
Pensé voy
hacer preguntas sencillas y concretas a ver si responde, relájate Ana.
-. ¿En qué
año naciste mamá?
Silencio
-. Dime.
¿En qué año naciste?
-. No sé.
-. Piensa. Haz
memoria. Tu siempre dices que vas con el año.
-. Déjame.
Por lo
menos ha dicho algo.
-. No te
dejo. A ver ¿qué edad tienes?
Después de
un buen rato e insistir bastante.
-. Nueve.
-.¿Nueve
años? ¿Cómo
que nueve años? Naciste en 1930. ¿En qué año estamos?
-. No sé.
-. En el
2014. Si naciste en 1930 tienes 84, no 9.
¿Quién
vino de vacaciones a pasar la Navidad en casa?
-. No sé.
-.
Francesca. ¿Sabes quién es Francesca?
-.No.
-. ¿Cómo
qué no sabes quién es Francesca con lo que tu la quieres? Piensa.
-. No se déjame.
Y vuelve a quedarse en silencio y ya no
responde a nada por más que le digo. De impotencia me echo a llorar y me tapo
la cara. Cuando la quito la veo a ella mirándome como si no me viera. Ya me
rompo y le digo:
-. Mamá
¿cómo es posible que me veas llorar y no me digas nada, ni me toques, ni me
consueles, ni me acaricies?
Y ya mi
llanto era tan fuerte como el de una niña. Mi hija que duerme al lado se
despertó y entró en la habitación.
-. ¿Qué
pasa? ¿Qué tienes mamá? ¿Por qué lloras? ¿Le pasa algo a Yaya?
-.¡Mírala
como está! Con la mirada perdida y no me habla, ni si quiera viéndome llorar.
Eso no es normal. Yo no sé si llamar a una ambulancia y llevarla de nuevo al
hospital porque ya no puedo más. No sé qué hacer. A lo mejor estoy haciendo mal
teniéndola en casa.
A todo esto
llorando desesperada y de una lado a otro de la casa.
-. Mamá
cálmate por favor. Yaya está bien de salud. Tu la cuidas muy bien. Sabes que a
ella le gusta mucho la cama y es una
dormilona. Y desde que ha llegado se ha derrotado y acomodado porque estás tu.
Ayer caminó por primera vez y seguro está agotada déjala dormir.
-. Pero si
ha desayunado y le he cambiado los pañales y le he hecho de todo con los ojos abiertos
y ni buenos días me ha dicho.
-. Tu madre
es sonámbula, Ya te lo he dicho. A mi por las noches me vuelve loca. Me llama y
luego no sé lo que quiere ni atiende a nada. Solo dice incoherencias. Y me
cuesta que se duerma porque por duerme todo el día. Hoy está hecha polvo má. Déjala
que duerma. Vete arriba y descansa que tu estás agotada y por eso estás
nerviosa.
Le hice
caso. Le eché un último vistazo. Dormía. Y me fui llorando escaleras arriba con
hipidos y todo.
Mi marido
que estaba escuchando todo se estaba vistiendo para bajar. Y me dijo:
-.
Tranquila cariño. No te pongas así.
-. Es que
ya no puedo más.
Y me harte
a llorar con la cara en la almohada. Me dejó tranquila que descargara. Dio la
vuelta a la cama, se acerco, me acarició el pelo para consolarme, me dio un
beso y bajó a controlar que todo fuera bien. Lloré hasta que no pude más.
Me
limpié la cara y comencé a respirar intentando relajarme.
Tenía que
distraer mi mente. Pensar en otra cosa. Cogí el móvil y abrí el Facebook. Lo
primero que encontré fue las fotos que subió mi nuera y las compartió en mi
muro. ¡¡¡Gracias María Isabel!!
Dieciocho
fotos que me alegraron el día. Eran casi todas del cumpleaños de mi hijo el 14
de mayo. Todos tan guapos y tan felices.
Mis nietas hermosas. Mi trastito Attenya, haciendo de las suyas y con esas
carillas que pone.
¡¡¡Me hicieron cambiar el ánimo!!!
Bajé con el
portátil y cuando conseguí despertar a mi madre casi a las 12 le planté el portátil
delante y le enseñe las fotos y dijo:
-. Ay mi
Francesca que linda está. Y mi Willy, cariño cuanto te quiero. Que guapa está
María. Ay mi Attenya que bonita es y que grande está.
-. Máma ¿Cuántos
años tiene Attenya?
-. ¿Tres?
-. Aun no,
los cumple el 11 de septiembre.
-.¡Está
grande!
-. Mamá,
¿me das un beso?
-. Si
cariño. Mua mua mua mua
Y me dio mi
mami muchos besos. Ya era otra vez ella. ¡Joder que susto! La vieja es sonámbula.
Y lo
hablamos por la tarde cuando vino mi hermano y le conté. Él dice que en el
hospital de noche también lo asustaba, que eso era lo que me contaba de cuando
hablaba y se sentaba como buscando algo.
Y conseguí
yo sola sacarla de la cama y llevarla a su sillón. Y comió sola. Y Se echó su
siesta y allí la encontró mi hermano fuera de la cama.
Él viene
todas las tardes sobre las 3 hasta la cena para que yo descanse y estar con
ella. Ha aprendido a tomarle la tensión, el azúcar, a pincharle la insulina y a
cambiarle los pañales a su madre. Es un buen hijo.
Ahora la
levanta y la hace caminar pasito a pasito desde ayer. Hicimos video conferencia
con Willy en Perú y la vio dando pasitos y la sonrisa le llegó a las orejas
porque adora a su abuela. Su Yaya linda como él la llama.
La sentamos
con la tablet y vio a su nieto y a su bisnieta y se rió y hasta le aplaudió a
la Attenya cuando nos cantó.
Ceno bien
sentada a la mesa por fin. Llegó pasito a pasito agarradita de las manos de su
hijo y la sentamos en su sillón despacito y cenó todo ella solita.
Ya muy
cansada la llevamos a la cama sentada en la silla de ruedas de mi escritorio.
La acosté y la dejé dormida plácidamente y me subí a la cama y sentí ganas de
escribir y empecé. Me hace mucho bien.
Hace un
rato bajé a su ultima medición de glucemia y pichazo de insulina nocturno. La
cambié y aun agotada me ayudó. Yo le hablaba de Willy y de la enana y de lo que
haríamos cuando vinieran y ella no paró de sonreír lucida total. Medio dormida
le hablaba y me contestaba bien.
Le dije si quería un vaso de leche calentita y
me dijo que sí. Se la llevé y se la tomó con una pajita sin dejar de sonreír. Me la comí
a besos y le dije:
-. Sueña
cosas bonitas mi amor. Con Willy y con la Attenya y las vacaciones inolvidables
tan lindas que vamos a pasar que ni tu nieto ni tu olvidaran nunca.
Sonrió.
-. ¿Me das
un besito mamá.?
-Siii-
sonriendo con los ojitos cerrados y me dio muchos.
-. Te
quiero mucho mamá, que descanses
-. Yo
también-.muy bajito, y se durmió.
Y yo subo y
termino este capítulo feliz que subo sin releer, sin corregir, pero que me ha salido del alma. :-)
Buenas
noches y felices sueños.
El día 20 de mayo de 2014 le dieron el alta.