No como esas sonrisas de cumplido con ojos serios y que desaparecen apenas dar la vuelta.
Viene de dentro, desde la profundidad de lo que estás pensando.Libertad de sentir y de ser en la conciencia de querer encontrase para no perderse ni dejar que te pierdan para que no te borren la sonrisa.
Decidir el camino a tomar con la melena al viento para sentirte vivo y tu.
Escoger la compañía para que sea grata.A veces en silencio compartido o en tremenda carcajada.
Darse una buena sacudida para lanzar lo que estorba.
Ser capaz, por qué no de hacer como mi perro que se queda tan a gusto.
Para luego dar un par de vueltas y ponerse más cómodo.
Cerrar lo ojos y disfrutar en paz.
Pensar en lo que has hecho y se te resbala la sonrisa.
Ya me río, cuando pienso lo que estoy pensado.El perro me mira, Ana tu tranquila, él te entiende y tu le sonríes, de verdad, con los labios, con los ojos y con él corazón.
Algo loco, pero de verdad.Al fin y al cabo sonrisa, y mi perro me hace reír muchas veces al día.
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